Unos días después tuvimos que cambiar de planes porque no nos daba tiempo a tener las latas y el telecine antes de terminar el curso, por lo que preparamos una segunda plani con cámara digital.

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Para Chamo y yo lo más importante era mantener el aspect ratio de 4:3 y mantener algo la textura del analógico y las ópticas viejas. 

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Alquilamos una cámara que nos lo diese todo en bajas luces (Sony A7SII) y montamos las viejas y usadas, aberrantes e imperfectas ópticas de fotografía analógicas de ESCAC (también buscamos otras ópticas antiguas para cubrir todo el espectro de focales - 26mm, 16-35mm, 50mm, 105mm). Como parte importante de la producción hicimos pruebas de cámara para ver cómo resultaba la combinación. Los flares, imperfecciones y auras que nos daban las ópticas al interactuar con las luces de la localización daban una sensación visual que nos encantó para esta historia en concreto. 

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La iluminación se empezó desde la base de la misma localización:

 

- Al visitar la localización por primera vez nos percatamos de que pusieras donde pusieras a los personajes, las luces de pared apuntadas hacia el techo nos daban en todo momento una luz muy agradable y suave a la vista, además de un backlight para el pelo que a su vez generaba flares en cámara.

- Además de la iluminación de base, en ciertos momentos del corto ha habido que reforzarla.

- En el momento mágico nos volvimos locos con la luz y a parte de la luz parpadeante utilizamos un cuarzo que íbamos moviendo sin parar.

- Los exteriores están hechos casi en todos los casos en amaneceres y atardeceres para coger ese sol bajo de hora mágica.

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Los movimientos de cámara están todos pensados para añadir un valor más a la narración visual:

 

- Queríamos que el trípode nunca estuviera parado, utilizar la cabeza fluida para seguir y rencuadrar a los actores en todo momento, dándole personalidad a la cámara y vida al plano.

- A la vez, los movimientos que pensamos para el clímax del corto ayudan con la idea de lo fantasmagórico y espiritual, casi flotando frente los actores.

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Así pues el rodaje de tres días fue sobre ruedas (entre dificultades) y cubrimos todos los planos.

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La corrección de color trata de separar los tres espacios: 

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- El exterior, más anaranjado, magenta en algunos momentos y calmado a la vista con el verde de la naturaleza.

- La presala con sillas, un espacio lleno de superficialidad, verdoso, desagradable...

- La sala del ataúd, más oscura pero también más cálida y con los blancos acentuados.

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El cortometraje se encuentra en fase de postproducción, adjunto un primer montaje con propuesta sonora (Oriol) y con la primera corrección de color.